Maldito Tango

Maldito TangoMaldito tango pop up

Después de «Santa Milonga», llega el turno de «Maldito Tango». En el primer álbum la milonga era santa, pero eso fue antes. Ahora, después de la santificación, viene la maldición. Pero, un momento, no hay que llevarse a engaño con este maldito tango: Daniel Melingo lo venera, lo pone patas arriba, le saca todo el jugo. El muy pillo rezuma Buenos Aires por todos sus poros.

¿Cuál es la receta de Melingo el Magnífico? Pues cogemos una pizca de Roberto Goyeneche «El polaco», este tanguero febril (tan agudo él), la mezclamos con Nick Cave (la semilla negra del underground), Tom Waits (con su lado arty), añadimos un poco de Gainsbourg, y combinando todas esas voces roncas y profundas y las pintas de bohemios obtendremos un esbozo de este diablo de Melingo, un viejo canalla no tan viejo pero muy pícaro.

Su tango renace del ombligo del rock: actualmente en Argentina es así. Todo empezó en los años 80, cuando se codeaba con la efervescente escena rock alternativa nacida de los escombros del orden moral y la dictadura militar; los grupos se llamaban Los Abuelos de la Nada o Los Twist. Pero, ¿es que se ha vuelto loco este Melingo? No, no es tan sencillo. El travieso cantante con voz estentórea es también un gorrión aterido en las húmedas brumas matutinas de La Plata.

El arte del tango es un auténtico malabarismo: hay que hacer equilibrios sin llegar a caerse. Un poco como el arte de la felicidad. Daniel Melingo se aparta de los códigos del tango, lo pervierte, lo subvierte y, de repente, vuelve a nacer. Siempre sale ganando: «El tango hace con nosotros lo que quiere», escribía José Luis Borges. Una observación válida en tiempos de Carlos Gardel y que sigue vigente 80 años más tarde.

Precisamente, Melingo da un aire nuevo al tango-canción, el género eterno asociado a Gardel. Impertinente y tan pertinente, nuestro hombre ilustra a la perfección la cultura de los opuestos complementarios. Con «Maldito Tango», sale del aislamiento de las reinterpretaciones evocando a poetas de ayer y de mañana.

Respirando el aire de Buenos Aires, da la palabra a una galería de personajes maltratados por la vida en una retahíla de instantáneas grotescas: el carterista del autobús, la mujer de la vida que llora, el mendigo que hurga en las basuras, la obrera que trabaja de día y baila de noche, el chaval que muere de soledad, el argentino de Montmartre, la sombra furtiva de los amantes, el viejo playboy forrado de pasta que muere en los brazos de las putas, una redada de la pasma en un bar y, como no, el tío abandonado (ya se sabe, el tango siempre ha tenido predilección por los perdedores).

«Maldito tango»: con el tiempo que hace que es maldito, ya debería de estar muerto. Pues no, con su hermana mayor la milonga, sus viejos primos el vals y el chamamé, y el tío campesino del nordeste (de Argentina), este tango que refleja las heridas urbanas roza la euforia y se burla de la tristeza. En Melingo, la modernidad anida en los orígenes; no se limita a ser su propio productor, se aleja de los caminos trillados para recorrer callejuelas vírgenes y explorar las distintas urbanidades.

Sus cómplices son los orfebres del lunfardo (el argot del tango), pero también una banda de músicos aventureros, una especie de asociación de malhechores… muy juerguistas ellos. Entre estribillo y estribillo, se oye el sonido de un clarinete, los ritmos ondulantes de una sierra musical y un cajón que marca el paso. Juan-Carlos Caceres y su universo negro como el carbón, Cristobal Repetto, el apuesto joven que se ha «tragado un gramófono”, pasan como sombras furtivas.

«Santa Milonga» era un compendio de muchos años de aventuras. «Maldito Tango» se ha construido, descompuesto y reconstruido en seis meses. No como un disco de jazz… ni de tango. Es una obra brillante, rara, que huye de los cánones del tango agitando el humus («Julepe en la tierra»), marcando el ritmo con una cinematografía obsesiva que raya el new wave («Pequeño paria») o improvisando en una letanía excitada («Eco il Mondo»).

Una última cosa: no hay que perderse por nada su espectáculo, al estilo del teatro callejero. Un equilibrio demasiado precario que no puede ser sino planeado, unas mímicas de Pierrot atolondrado que harán que se desternille de risa y se le escapen algunas lágrimas, una postura tragicómica como si quisiera esconderse detrás de una farola después de meterse en algún lío… ¡Sal de ahí, Melingo, te hemos pillado!

Definitivamente, no es casualidad que este Melingo haya sido fichado por Mañana, el innovador sello de Eduardo Makaroff (miembro argentino de Gotan Project): su tango (y todo lo demás) ha hecho buenas migas con el futuro…

Rémy Kolpa Kopoul

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Tracklist

  • En un bondi color humo
    En un bondi color humo

    Lyrics by: Luis Alposta
    |
    Music by: Daniel Melingo

    En un bondi color humo,
    que al trocén se dirigía,
    presencié una fulería
    que resultó una función.

    Vi como un pobre chabón
    palpándose la sotana,
    le batió a un punga la cana,
    y éste, al verse acorralado,
    buscaba desesperado
    aligerarse del paco,
    fruto digno del atraco
    que le fuera deschavado.

    A pesar que el gratarola
    le dio a la declamación,
    no lo convenció al botón,
    que se mostró intransigente.
    En medio de tanta gente
    y ya frente a un oficial,
    teniendo corrido el dial
    se le acabó el reportaje,
    y al revisarlo de ultraje,
    en una forma fulera,
    lo portaron en galera
    y el bondi… siguió su viaje.

  • Julepe en la tierra
    Julepe en la tierra

    Lyrics by: Daniel Melingo
    |
    Music by: Daniel Melingo

    Estaba yo con mi compadre
    en el Boliche de Fontova,
    tomando un taco e Sello Verde
    pa’ inspirar la inspiración.

    Doña Rosita con el Cacho,
    Los Clavel y La Barbuda,
    bailaban todos muy alegres
    sin prejuicio y con amor.

    Y de repente la Luz Mala
    que no era exactamente la Luz Mala…
    ¿Qué era? ¿Qué era? ¿Qué era?
    ¡La Taquera y se pudrió!

    ¡Qué julepe que nos dieron
    a nosotros que en la Tierra,
    habitamos sin razón y con terror!

    ¡Qué julepe que nos dieron
    a nosotros que en la Tierra
    habitamos sin razón y con terror!

    Pasada la media noche
    entre grito y confusión,
    los muchachos no se iban
    exigiendo explicación.

    Como explicación no había
    de esta Fiesta Popular,
    Los Clavel se divertían
    de la fuga colosal.

    Y de repente la Luz Mala
    que no era exactamente la Luz Mala…
    ¿Qué era? ¿Qué era? ¿Qué era?
    ¡La taquera y se pudrió…!

    ¡Qué julepe que nos dieron
    a nosotros que en la Tierra
    habitamos sin razón y con terror!

    ¡Qué julepe que nos dieron
    a nosotros que en la Tierra
    habitamos sin razón y con amor!

  • A lo Magdalena
    A lo Magdalena

    Lyrics by: Luis Alposta
    |
    Music by: Daniel Melingo

    Su historia empezó una tarde,
    en el preciso momento
    Su historia empezó una tarde,
    en el preciso momento
    en que fue a dar a un convento,
    pues según ella contó,
    su mama la abandonó
    en el Mercado de Abasto
    y atorrando en un canasto
    una monja la encontró.

    Después de cumplir los quince
    dio el primer paso fulero.
    Se acoyaró a un quinielero
    creyéndolo un buen partido.
    Era un negrito fornido
    que, por ser rana y de oficio,
    cuando entró a junarle el vicio
    la empezó a fajar tupido.

    Y al cabo de cierto tiempo
    de aguantiñar tanta biaba,
    cayó de suerte la taba
    y su premio fue un mishé.
    De aquí en más, lo que yo sé,
    es que éste adornó su frente,
    además de un regio ambiente
    por Larrea y Santa Fe.

    Y así, como en pleno mate
    en el que el agua se acaba,
    se cortó lo que se daba.
    ¡Muy poco el piolín se estira!
    Nadie por ella suspira,
    su escracho destila pena,
    y hoy llora a lo Magdalena
    al escuchar Yira Yira.

    en que fue a dar a un convento,
    pues según ella contó,
    su mama la abandonó
    en el Mercado de Abasto
    y atorrando en un canasto
    una monja la encontró.

    Después de cumplir los quince
    dio el primer paso fulero.
    Se acoyaró a un quinielero
    creyéndolo un buen partido.
    Era un negrito fornido
    que, por ser rana y de oficio,
    cuando entró a junarle el vicio
    la empezó a fajar tupido.

    Y al cabo de cierto tiempo
    de aguantiñar tanta biaba,
    cayó de suerte la taba
    y su premio fue un mishé.
    De aquí en más, lo que yo sé,
    es que éste adornó su frente,
    además de un regio ambiente
    por Larrea y Santa Fe.

    Y así, como en pleno mate
    en el que el agua se acaba,
    se cortó lo que se daba.
    ¡Muy poco el piolín se estira!
    Nadie por ella suspira,
    su escracho destila pena,
    y hoy llora a lo Magdalena
    al escuchar Yira Yira.

  • Se igual
    Se igual

    Lyrics by: Luis Alposta
    |
    Music by: Daniel Melingo

    Se lo mismo… Se igual… Dale nomás…
    que alguien excomulgó la cacerola.
    Hoy el que tiene calle duerme en ella
    y sabe Dios qué guarda en su sabiola.

    Con la esperanza puesta en unos tachos
    y la vista clavada al pavimento,
    rajando zapatillas o descalzo
    se enloca con cerveza y pegamento.

    El horizonte siempre en falsa escuadra
    es el último punto de la cola.
    Se lo mismo… Se igual… Dale nomás…
    la consigna es que nadie le dé bola.

  • Fabriquera
    Fabriquera

    Lyrics by: Carlos de la Púa
    |
    Music by: Daniel Melingo

    Musa del arrabal, musa mistonga
    triste fruto del vicio y la pasión
    naciste destinada a la milonga
    al arruyo de un tango compadrón.

    Piba bonita que el andar taquero
    te vende sin pensarlo, sin querer
    y entre el mugre piropo cantinflero
    llegás hasta las puertas del taller.

    De ojos oscuros donde brillan llamas,
    trágicas llamas de ansias homicidas,
    está el pueblo que sufre en tu mirada
    con todas sus pasiones contenidas.

    La que luce en su pinta milongona
    mi florido percal arrabalero
    (hay rezongos tristones de bordonas
    y cadencias de tangos orilleros).

    Para vos estos versos rantifusos,
    hechos de zurda, sí, de corazón:
    como a tu vida triste, los impuso
    el arruyo de un tango compadrón.

    Musa del arrabal, musa mistonga
    triste fruto del vicio y la pasión
    naciste destinada a la milonga
    al arruyo de un tango compadrón.

  • Luisito
    Luisito

    Music by: Daniel Melingo
  • ¡Cha digo!
    ¡Cha digo!

    Lyrics by: Dante Linyera
    |
    Music by: Daniel Melingo

    El fresquete canta su milonga triste,
    nadie va pa’l centro.Yueve. Soledá.
    Fue una noche d’éstas cuando vos te fuiste,
    de’entonce’l canario quedó sin alpiste…
    La caye está triste. La pieza está triste.

    Vos y él me cantaban. Piantaron.Ya está.
    Vos y él me cantaban. Piantaron.Ya está.
    Vos y él me cantaban. Piantaron.Ya está.
    Vos y él me cantaban. Piantaron.Ya está.

    ¡Viera el cotorro! ¡Qué mishio ha quedao!
    Frío com’el frío que hace por ayí,
    lo cacho’e revista que habías recortao
    ya de las paredes las pianté amargao.

    ¡Ya el perro no chumba y el gato ha espirao!
    ¡Cómo me recuerdan que n’estás aquí…!
    ¡Ya el perro no chumba y el gato haspirao!
    ¡Cómo me recuerdan que n’estás aquí…!

  • Pequeño Paria
    Pequeño Paria
    Pequeño Paria

    Lyrics by: Celeste Torre / Daniel Melingo
    |
    Music by: Celeste Torre / Daniel Melingo

    Pequeño paria el niño
    que de las sombras nació,
    juega el juego de la sangre
    para matar su dolor.
    No conoce de alegrías
    de hielo es su corazón,
    de terror es su inocencia
    y de locura su amor.
    No necesita el alivio,
    no lo amedrenta el rencor
    por que nunca tuvo abrazos,
    por que le duele sudor.
    Sudor frío de sus manos,
    que la muerte al fin calmó,
    pequeño niño perdido
    la soledad te crió.
    Mamaste de ríos grises,
    la oscuridad te parió.

    Mamaste de ríos grises la oscuridad…
    ¡Mamaste de ríos grises! ¡Mamaste
    de ríos grises! ¡Mamaste de ríos grises…!

    Un arruyo para el niño,
    un consuelo por favor,
    que tiene fría su alma.
    Ay! que le duele el amor.
    Un consuelo para el niño,
    un arruyo por favor,
    que tiene fría su alma.
    Ay! que le duele el amor.

    Mamaste de ríos grises,
    la oscuridad te parió.
    Mamaste de ríos grises la oscuridad…
    ¡Mamaste de ríos grises! ¡Mamaste
    de ríos grises! ¡Mamaste de ríos grises!

    Pequeño paria el niño (repite)

  • Montmartre de hoy
    Montmartre de hoy
    Montmartre de hoy

    Lyrics by: Enrique Cadícamo
    |
    Music by: Daniel Melingo

    Solo en la noche, cruzando voy
    por una calle del vieux Paris.
    Porteño y rante, tanguero soy
    y anclé muy lejos de mi país.

    Cruzo soñando plaza Pigalle,
    oigo de pronto la sensación
    de estar oyendo sentimental
    la voz gangosa de un bandoneón.

    Ecos de tangos por rue Fontaine,
    duendes de Arolas junto a un bistró.
    En el Florida canta Gardel.
    Pizarro taya desde el Garrón.

    Aquel Montmartre no existe más
    barrio de tangos y rendez-vous.
    La bruma avanza del bulevar
    sobre mis sueños de juventud.

  • Cuando la tarde se inclina
    Cuando la tarde se inclina

    Lyrics by: Celedonio Flores
    |
    Music by: Daniel Melingo

    La caricia del sol finge en el cielo
    una carita tenue y apagada
    después un claroscuro luego nada
    y el suburbio parece estar de duelo.

    Poco tiempo después como un consuelo,
    la luna una percanta enfarinada
    dibuja con su enorme pincelada
    guardas griegas de sombras en el suelo.

    Cantan las ranas un can-can furioso
    y un organito cascado y rafanioso
    vomita notas que al oído hieren, cómo hieren…

    Y por la angosta acera enladriyada
    desfila una pareja bien amarrocada
    mintiéndose bajito lo mucho que se quieren.

  • Eco il Mondo
    Eco il Mondo

    Lyrics by: Daniel Melingo
    |
    Music by: Daniel Melingo

    Era un viejo elegante, de mirada felina;
    con mostachos bravíos y palabra triunfal.
    Su apostura era hermosa, su estirpe era muy fina,
    y en sus labios ardía una mueca sensual…

    Era un viejo corrido, de risa cristalina;
    que del Bien se reía y reía del Mal…
    Fue rey de boulevares, mató una bailarina:
    y por una Duquesa derrochó su caudal…

    Llamáronle el Gran Lobo, especialista en viudas.
    Tiró su gran fortuna con un ardiente afán.
    Y en una vieja noche, lleno de viejas dudas,

    con su postrer billete, entró en un restaurant:
    y allí, con dos cocotes, -borrachas y desnudas-
    se murió dando besos y bebiendo champán…

    A Claudio De Alas

  • Pequeño Paria Roy Dubb Remix (digital bonus track)
    Pequeño Paria Roy Dubb Remix (digital bonus track)
    Pequeño Paria Roy Dubb Remix (digital bonus track)

    Lyrics by: Celeste Torre / Daniel Melingo
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    Music by: Celeste Torre / Daniel Melingo

    Remix and additional production by Christoph Müller

    Pequeño paria el niño
    que de las sombras nació,
    juega el juego de la sangre
    para matar su dolor.
    No conoce de alegrías
    de hielo es su corazón,
    de terror es su inocencia
    y de locura su amor.
    No necesita el alivio,
    no lo amedrenta el rencor
    por que nunca tuvo abrazos,
    por que le duele sudor.
    Sudor frío de sus manos,
    que la muerte al fin calmó,
    pequeño niño perdido
    la soledad te crió.
    Mamaste de ríos grises,
    la oscuridad te parió.

    Mamaste de ríos grises la oscuridad…
    ¡Mamaste de ríos grises! ¡Mamaste
    de ríos grises! ¡Mamaste de ríos grises…!

    Un arruyo para el niño,
    un consuelo por favor,
    que tiene fría su alma.
    Ay! que le duele el amor.
    Un consuelo para el niño,
    un arruyo por favor,
    que tiene fría su alma.
    Ay! que le duele el amor.
    Mamaste de ríos grises,
    la oscuridad te parió.

    Mamaste de ríos grises la oscuridad…
    ¡Mamaste de ríos grises! ¡Mamaste
    de ríos grises! ¡Mamaste de ríos grises!

    Pequeño paria el niño (repite)

Informaciones sobre el disco

Fecha de salida 18 marzo 2008
Número de catálogo MM425009
Edición Buena Mañana